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«Santiago Bernabéu se ponía en la escalera y de allí no salía nadie»

El legendario defensa uruguayo pone contexto a 120 años de historia del Real Madrid. Una charla sobre el pasado del club, pero también sobre su futuro

por Tomás González-Martín

José Emilio Santamaría

Exjugador del Real Madrid, ganador de cuatro Copas de Europa

Hablar con José Emilio Santamaría (92 años) es escuchar a la historia. Pepe, como le llamaban en confianza Bernabéu y Di Stéfano, es la última leyenda de aquel Real Madrid que, con el nacimiento de la Copa de Europa, se convirtió en un icono mundial. El último estandarte de un equipo que instauró la idiosincrasia ganadora en la entidad. Fue el primer central que sacaba el balón jugado desde atrás. Una voz autorizada para poner en contexto los 120 años que cumple el club el domingo. — Nada más llegar al Real Madrid, Di Stéfano aconsejó su contratación.
— Siempre me lo han dicho, pero él nunca me lo confirmó. Yo era un central que tocaba la pelota, fuerte, duro, pero sin dar patadas.
Fichó en 1957 y ganó tres Copas de Europa consecutivas, cuatro en total con la obtenida en 1966.
— Y no fueron cinco porque cuando vine en el 57 no tenía el pasaporte para demostrar que era hijo de españoles (mis padres eran gallegos de Ribadavia) y que podía jugar como español. Vi aquella final en el Bernabéu frente a la Fiorentina, que también se había interesado por mí. Fíjese, vine para cuatro años y llevo aquí 65, casi toda la vida.
Usted formó junto a Di Stéfano, Puskas, Rial, Gento y otros futbolistas el equipo que hizo grande la Copa de Europa y que convirtió al Real Madrid en un mito. Los 120 años de historia del club se fundamentan en aquellos cinco títulos consecutivos.
— La clave de aquel éxito constante es que había grandes jugadores, pero todos trabajábamos a destajo para ser un equipo conjuntado y ganar. Alfredo corría por todos los sitios, Gento imponía su velocidad por la banda, Rial era un futbolista muy técnico, Puskas corría por su zona y tenía un disparo demoledor ¿Y sabe otro factor muy importante? Cada victoria nos alimentaba más la ambición para ganar el siguiente título. Todos sabíamos lo que teníamos que hacer en el campo, cada uno tenía una misión, y luchábamos al máximo porque queríamos ganar más.
— Jugó 337 partidos en el Real Madrid y celebró doce títulos. Fue internacional con Uruguay y con España ¿El mejor partido que ha vivido?
— La final de Glasgow en 1960, la quinta Copa de Europa, fue el mejor partido de la historia. Nos enfrentábamos al Eintracht de Fráncfort, que era un equipo joven que lo había ganado todo. Muchos creían que nos ganarían, porque nosotros ya éramos un conjunto veterano. Y, de hecho, ellos marcaron el primer gol, con el estadio lleno. Luego, nosotros conseguimos siete goles consecutivos, cuatro de Puskas y tres de Di Stéfano. Los alemanes hicieron al final dos goles. Vencimos 7-3 y el público fue apoteósico.
— Ese partido ha sido considerado el mejor de la historia. Inolvidable Marquitos con su falda escocesa en el avión de regreso a Madrid.
— Le voy a contar una cosa. Ya en el hotel quisimos salir a celebrarlo de noche. Y Bernabéu nos lo impidió. Se puso en la escalera del piso donde todos teníamos las habitaciones y de allí no salía nadie. Y de noche nos puso a dos gigantes de raza negra de dos metros y 120 kilos para que no pudiéramos irnos. Les dijimos a los dos que nos trajeran bebida y comida para celebrarlo en las habitaciones ¿ Y sabe lo que nos trajeron? Zumitos y galletas. Es lo único que había. Bernabéu no quiso que saliéramos porque el recibimiento que nos esperaba en Madrid era impresionante, desde Barajas al Ayuntamiento, y quería que todos estuviéramos en buen estado. Bernabéu, como siempre, tenía razón.

«Fue un visionario; construyó el estadio en medio de melonares y los taxistas no querían ir allí porque les robaban».

Santiago Bernabéu

«Carniglia decía que estaba muy gordo y no le sacaba. ‘Pues si está gordo, entrénele; pero que juegue’, dijo el presidente».

Puskas

A Bernabéu le llamaron loco por construir el estadio en el quinto pino, a las afueras de Madrid, y las obras se financiaron con pagarés de los socios.
— Don Santiago fue un gran dirigente, un visionario. Junto a Antonio Calderón y Raimundo Saporta formaron una dirección impresionante. Construyó el estadio en medio de terrenos de melonares y hortalizas, rodeado de huertas. Fíjese si el estadio estaba lejos que los taxistas no querían ir allí porque les robaban.
— Oiga, ustedes lo ganaron todo, pero no me diga que eran santos. ¿Salían de noche?
— Sí, había algunos piratillas por ahí, ja, ja, ja. Éramos jóvenes… Se salía de vez en cuando. Pero para rendir en un equipo como el nivel del Real Madrid debes cuidarte mucho. En aquellos tiempos había cuatro o cinco salas de fiestas y el club sabía quiénes salían y dónde. Tenía la información. Le cuento una cosa. Una noche fuimos Di Stéfano y yo con nuestras esposas a ver un espectáculo. Al día siguiente acudí al club a coger mis cartas de seguidores, que te pedían fotos firmadas y cosas así, y Antonio Calderón me vio y me dijo: «Bonito espectáculo anoche». Me quedé en alerta. Calderón añadió: «Eso está muy bien, que salgan ustedes con sus mujeres». Lo que el club no quería es que los solteros fueran de sala de fiestas en sala de fiestas cada noche a ligar. Pero tras aquellas palabras de Calderón, yo ya no quería salir ni con mi mujer. Sabían dónde ibas. Mi esposa siempre me decía que podíamos salir juntos cuando quisiéramos, pero yo me negaba.
— ¿Gento ha sido reconocido realmente como el gran jugador que fue?
— A Paco hay que darle su sitio y no se le ha dado, porque él era un gran futbolista, pero luego vivía su vida y no le gustaba estar en el objetivo de todo. Fue un extremo magnífico, que desbordaba por velocidad, que marcó muchos goles y dio muchísimos con sus incursiones y sus pases. Cuando teníamos problemas Alfredo y yo decíamos: «Balones a Gento». Y respirábamos.
Gento, Di Stéfano, para muchos el mejor de la historia, con Pelé, y Puskas, el broche de aquel gran equipo.
— No se pueden comparar a jugadores de distintas épocas para decir quién fue el mejor del mundo. Alfredo y Pelé fueron muy grandes, pero las épocas son diferentes. Y el caso de Pancho Puskas fue único. Había escapado de Hungría y estuvo viviendo durante más de un año en un campo de refugiados en Italia, como apátrida, hasta que el Madrid consiguió que pudiera venir. En Italia no hacía más que comer pasta y cuando llegó aquí tenía una panza… El entrenador, Carniglia, decía que estaba muy gordo y no le sacaba a jugar. Un día Bernabeú vino, habló con Carniglia y le dijo: «Le hemos fichado para que juegue. Pues si está gordo, entrénele para que se ponga en forma, pero que juegue». El míster le puso al domingo siguiente y marcó dos goles. Así comenzó su gran carrera en el Madrid.
— Miguel Muñoz fue su entrenador y antes ya había ganado Copas de Europa como jugador ¿Qué destaca de él?
— Miguel Muñoz hacía un equipo, un once, como base, y no lo variaba, salvo lesiones o sanciones. Lo tenía claro. No hacía cambios.
— El Real Madrid cumple 120 años y continúa en primera línea de la élite mundial que ustedes consagraron.
— Porque hoy tenemos un presidente que lleva al club al más alto nivel, como el que alcanzamos en aquellos tiempos con Bernabéu. Lo que está haciendo Florentino es increíble. La ciudad deportiva actual tiene un montón de campos de entrenamiento, residencia para jugadores y hay un gran terreno que todavía se encuentra sin utilizar, a la espera de construir otras cosas allí. Y el nuevo estadio va a ser el número uno del mundo, pero no solo como campo, sino que tendrá restaurantes y un montón de cosas para obtener ingresos todos los días. Algo impresionante.
— Con el dinero que produzca el futuro estadio se podrán hacer grandes fichajes, porque a Florentino Pérez lo
que le preocupa es competir con los clubes Estado, apoyados por países.
— Sí, esos clubes estarán apoyados por Estados, pero ahí está el Real Madrid, en vanguardia, con ese nuevo estadio y esa ciudad deportiva que son un ejemplo para los demás.
— ¿Usted apoya la Superliga europea?
— Por supuesto que quiero la Superliga. El Real Madrid debe de enfrentarse a los mejores equipos de Europa, y la
Superliga llegará, sea dentro de cinco o de 15 años. Y cuando eso suceda, que sucederá, el club deberá tener dos plantillas, una con los jugadores de primera línea y otra con hombres más jóvenes a los que se sumarán los elegidos de la cantera, para poder competir en los dos torneos. Mire, se cumplen 120 años del Real Madrid y el club está poniendo los cimientos, con su estadio, con su ciudad deportiva, con sus cuentas saneadas, para estar en primera línea otros 120 millones, para estar en la
élite para siempre.

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